El gobierno de Italia está proponiendo aumentar los impuestos sobre los alquileres de corta duración en una medida que podría remodelar uno de los mercados de alquiler vacacional más activos de Europa. Pero el plan aún está lejos de convertirse en ley y ya está dividiendo tanto a la coalición de gobierno como a la oposición.
🇮🇹 Una propuesta, no un hecho consumado
En su borrador del presupuesto 2026–2028, el gobierno italiano introdujo una medida que uniformaría el impuesto fijo sobre los ingresos por alquileres de corta duración al 26%, reemplazando la tasa actual del 21% disponible para propietarios individuales.
De ser aprobado, esto pondría fin al incentivo fiscal de la cedolare secca del que los pequeños anfitriones han dependido durante años. Las plataformas e intermediarios como Airbnb y Booking.com también tendrían que retener el 26% de impuestos en origen y enviarlo directamente al Tesoro.
Pero, por ahora, esto es solo una propuesta. El borrador, parte de un paquete presupuestario más amplio de €18 mil millones, avanzará en el Parlamento en las próximas semanas y aún requiere la aprobación de ambas cámaras antes de poder convertirse en ley.
Ya ha desatado un intenso debate político. Forza Italia, uno de los socios de coalición de la primera ministra Giorgia Meloni, ha manifestado públicamente su rechazo a la medida, calificándola de “un error que se puede corregir”. El viceprimer ministro Antonio Tajani y el portavoz de turismo de Forza, Carlo De Romanis, argumentaron ambos que aumentar los impuestos a los pequeños arrendadores “perjudicaría al turismo y limitaría el crecimiento en las zonas rurales”.
Los partidos de la oposición también se han sumado a las críticas. El Partido Democrático (PD) de centro-izquierda calificó el presupuesto como “un presupuesto sin autor”, mientras que Gaetano Pedullà del Movimiento Cinco Estrellas lo calificó de “inaceptable”, acusando al gobierno de “llenar las arcas del Estado aumentando los impuestos a los propietarios”.
💸 Qué cambia y a quién afecta más
El gobierno afirma que la reforma busca simplificar el sistema fiscal y garantizar “equidad entre los contribuyentes”. Pero para muchos pequeños anfitriones, significa una factura impositiva más alta —y para algunos, la duda de si vale la pena seguir alquilando.
Según las normas actuales:
- Los anfitriones que alquilan una sola propiedad pueden aplicar la cedolare secca al 21%.
- Los ingresos de una segunda propiedad se gravan al 26%.
La nueva regla elimina esa distinción y establece una tasa uniforme del 26% para todos los ingresos de alquileres de corta duración.
Para los anfitriones ocasionales, esto supone un aumento de cinco puntos porcentuales en los impuestos, un salto mayor de lo que parece sobre el papel, especialmente cuando se suma a los costes de limpieza, comisiones de la plataforma e impuestos turísticos locales.
Para los gestores profesionales de propiedades, sin embargo, el impacto es menor. La mayoría ya opera bajo tramos fiscales más altos o corporativos y puede asumir más fácilmente los cambios administrativos o de cumplimiento.
En otras palabras, esta propuesta podría no solo aumentar la recaudación, sino también reestructurar el mercado, consolidándolo aún más en torno a los operadores profesionales.
🧾 Una nueva capa fiscal en un panorama normativo en crecimiento
Este cambio propuesto no existe de forma aislada. Forma parte de un endurecimiento más amplio del marco de los alquileres de corta duración en Italia, que está sumando nuevas obligaciones tanto a nivel nacional como local.
Ejemplos recientes incluyen:
- La implementación del Código de Identificación Nacional (CIN) para todos los anuncios de alquiler de corta duración.
- La creación de la base de datos nacional de alojamiento (BDSR), que exige a los anfitriones registrar cada propiedad.
- Requisitos de información a nivel local, incluyendo el registro de huéspedes y certificaciones de seguridad.
En conjunto, estas medidas reflejan un entorno normativo que favorece cada vez más a los anfitriones y gestores con la infraestructura y escala necesaria para cumplir las reglas.
Los pequeños operadores a tiempo parcial —quienes veían el alojamiento como un negocio fácil y secundario— ahora afrontan mayores costes, más trámites y una supervisión más rigurosa.
🔁 El episodio del self check-in como advertencia
La ahora revocada prohibición del self check-in por parte del gobierno, introducida en diciembre de 2024 y revocada en junio de 2025, ilustra esta brecha cada vez mayor.
Esa prohibición, cuyo objetivo era frenar los alquileres ilegales, obligaba a la verificación presencial de los huéspedes. Pero resultó contraproducente:
- Para los anfitriones pequeños o remotos, hacía que la operación fuera casi imposible sin contratar personal o estar físicamente presentes.
- Para los grandes gestores de propiedades, era gestionable: ya contaban con equipos o socios en terreno.
Cuando los tribunales revocaron la prohibición, reconocieron que los sistemas tecnológicos para la verificación de identidad eran suficientes. Pero el episodio dejó huella: demostró cómo las políticas destinadas a regular el sector suelen acabar cargando desproporcionadamente a los pequeños anfitriones.
🧩 Cómo está el mercado actualmente
Si la propuesta del impuesto del 26% se convierte en ley, entraría en vigor tan pronto como enero de 2026.
Para los responsables políticos, el objetivo es claro: aumentar la recaudación fiscal, reducir las lagunas legales y hacer que algunas viviendas regresen al mercado de alquiler a largo plazo.
Para la industria, sin embargo, el impacto será desigual:
- Los grandes gestores de propiedades se adaptarán mediante sistemas y escala.
- Los pequeños anfitriones podrían tener dificultades o salir del mercado por completo.
A largo plazo, el mercado italiano de los alquileres de corta duración podría volverse más consolidado, más regulado, pero menos diverso.
Qué significa para los gestores de propiedades la propuesta de impuesto a los alquileres de corta duración en Italia 2026
La propuesta de Italia se enmarca en un contexto europeo más amplio, de mayor regulación, aumento de impuestos y un giro gradual hacia la profesionalización.
Si bien los detalles de la reforma fiscal dependerán de las negociaciones parlamentarias en curso y de posibles enmiendas, la dirección es clara:
La era del alojamiento ocasional en Italia se desvanece, y da paso a una gestión de alquileres de corta duración más estructurada y profesionalizada.

Uvika Wahi es editora en RSU by PriceLabs, donde lidera la cobertura de noticias y el análisis para gestores profesionales de alquileres a corto plazo. Escribe sobre Airbnb, Booking.com, Vrbo, regulaciones y tendencias del sector, ayudando a los gestores a tomar decisiones empresariales informadas. Uvika también participa como ponente en eventos internacionales de gran relevancia como SCALE, VITUR y el Direct Booking Success Summit.